Nueve meses de caótico gobierno y no se ve para cuándo se compongan las cosas en Veracruz

Cuitláhuac
El gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez FOTO: MIGUEL ÁNGEL CARMONA/FOTOVER
- en Avenida Principal, Carrusel

El macartismo es un término que se utilizó en referencia a acusaciones de deslealtad, subversión o traición a la patria sin el debido respeto a un proceso legal, justo, donde se respeten los derechos del acusado. En Estados Unidos durante la Guerra Fría, muchos fueron acusados de comunistas sin fundamento legal. En Veracruz, no hay una estructura fuerte de legalidad, desde el caso del primo incómodo del Ejecutivo local, como de la gran mayoría de los miembros del gabinete, quienes vorazmente, apartaron los mejores puestos laborales para sus propios familiares.

Y qué decir de la desaseada expulsión de Jorge Winckler, mediante diputados a modo, esta situación también deja muy mal parado al poder Legislativo. No se necesitan dotes de vidente para saber que en el estado de Veracruz viene una cacería de brujas contra todo lo que huela a Yunes. El discurso de paz y armonía con la prensa que enarbola el gobernador Cuitláhuac García, sólo es eso, puro discurso.

Absolutamente nadie en sus cinco sentidos, salvo los chairos y los que recogen las migajas de este gobierno, mediante un trabajo o un puesto gubernamental, defienden el trabajo del Ejecutivo estatal y su improvisado gabinete. Desgraciadamente apenas van nueve meses de gobierno y no se ve para cuándo se compongan las cosas en Veracruz.

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