El precio que está pagando el presidente por el apoyo recibido de la CNTE en las elecciones que lo encumbraron a la presidencia de la República, es muy caro. El presidente Andrés Manuel López Obrador es, aunque él no lo reconozca, rehén de las peticiones de la CNTE. Y es que no hay petición que la CNTE no solicite, que el Gobierno Federal no le complazca. La obstrucción de los accesos al Palacio Legislativo, donde algunos diputados quedaron dentro, forma parte de la manera de actuar de la CNTE.
Al menos el Gobierno Federal, mediante su grupo o bancada de diputados morenistas, han cedido en las peticiones de este grupo de maestros fogueados en las lides de la protesta y resistencia. Las plazas automáticas para maestros normalistas se les concedieron, también la reinstalación de maestros cesados, ahora sólo falta el control de las plazas, aunque esa última petición no se reconozca abiertamente.
Por otro lado, se sospecha que Morena no cuenta con los votos suficientes para sacar adelante las leyes secundarias; el grupo opositor, incluido el PRI y PAN y MC, consideran que las demandas de la CNTE son inconstitucionales y que por lo tanto no las apoyarán. Lo cierto es que la CNTE, ya se alista para volver a obstruir los accesos al recinto legislativo. Y a se verá nuevamente si el presidente les vuelve a dar el sí. Aunque todo indica que el Ejecutivo federal no tendrá otra salida que dar su brazo a torcer.
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