¿Qué pasó? Políticos y civiles de mala entraña vieron en Morena una oportunidad para hacer carrera política. López Obrador es en parte responsable, pues él fue quien abrió la puerta a toda esa escoria con su política del perdón; y la gente de mala entraña opacó y desplazó a la gente buena. Dudo que un militante de Morena, de los fundadores, de los originales, aplauda los actos ruines que se están llevando a cabo tanto en el gobierno estatal como en el Congreso de Estado.
Morena se ha convertido en un partido encubridor, en un partido que desvía la mirada cuando su gobernante comete un acto de corrupción y nepotismo; un partido que escucha las mentiras de su gobernante y no reclama, sólo guarda cómplice silencio. Por supuesto me refiero a esos militantes originales, esos que entraron a ese partido por su ideología, por sus principios, por seguir a un líder como López Obrador que generaba mucha esperanza.
Ahora, refugiados en el olvido, esos militantes originales de Morena, ni siquiera se lamentan, creen que lo que sucede es necesario para consolidar la democracia en México. (AOR)