Pero López Obrador, que a cada rato mandó a las instituciones al diablo, rinde cada que le viene en gana un informe a la nación. Antes del primero de septiembre Andrés Manuel ya había rendido dos informes, uno el 2 de julio en el Zócalo de la Ciudad de México con motivo de cumplir un año de su victoria electoral y otro a los 100 días de su gobierno. En los dos informes las cuentas de López Obrador siempre fueron alegres.
Es por ello que este primero de septiembre el mandatario de México consideró que este sería el Tercer Informe de Gobierno, y si le dan ganas en octubre rinde el cuarto y ya invadido por el espíritu navideño en diciembre rendirá un quinto informe. Sin embargo, la Constitución sólo considera válido y obligatorio el informe que rinda ante los poderes el primero de septiembre; así lo marca la Constitución, los otros informes son vaciladas.