Una sobreviviente (bailarina) relata el infierno que se vivió en el bar Caballo Blanco; trabajar en Coatzacoalcos “ya es prácticamente un suicidio”

Relato de una bailarina
Una sobreviviente (bailarina) relata el infierno que se vivió en el bar Caballo Blanco; trabajar en Coatzacoalcos “ya es prácticamente un suicidio” FOTO: WEB

Por seguridad el nombre de esta chica no ha sido revelado, pero ella se dice llamar Rosa. El testimonio de Rosa, una de las sobrevivientes del atentado en el bar Caballo Blanco en Coatzacoalcos, Veracruz, revela los acontecimientos que sucedieron esa noche trágica del pasado 27 de agosto, donde 29 personas murieron asfixiadas por el humo o por causa de quemaduras que desintegraron poco a poco sus cuerpos.

La joven relata que eran alrededor de las 22:00 horas cuando María José Pulido, conocida como Fernanda, terminaba de bailar su tercera canción sobre la pista cristalina en el Caballo Blanco. Los aplausos y chiflidos de los clientes estaban en su apogeo, pero eso acabarían pronto. Primero le prendieron fuego a la barra, ahí le cayó gasolina a la cajera Vanessa y se quemó. Hubo disparos. Aventaron una bomba molotov a la pista “donde había acabado de bailar nuestra compañera Fernanda”.

Señala Rosa que cuando el establecimiento ya ardía, los pistoleros cerraron la única puerta en el bar Caballo Blanco y se dieron a la fuga. “Todos gritaban y pedían auxilio”, recuerda la mujer. “Mucha gente inocente se fue muriendo de forma más terrible”. Con sus palabras Rosa deja claro que trabajar en Coatzacoalcos “ya es prácticamente un suicidio”.

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