Luchar contra el sistema y la injusticia de los tiranos, tan sólo con un grupo pequeño de valientes, nunca ha sido una tarea fácil. Sin embargo, hacerlo acompañado de miles, la tarea se facilita. No obstante, cuando muchos luchaban contra la mal llamada Reforma Educativa en las avenidas, algunos maestros se quedaron en la comodidad de su hogar, sólo criticaban desde el sofá y con el celular en la mano. Fueron los luchadores de Face y WhatsApp, estos maestros no tuvieron los suficientes arrestos para salir a las calles a pelear sus derechos laborales. Muchos más fueron indiferentes y guardaron silencio. Otros fueron presionados y reprimidos por sus directivos y, algunos, se replegaron tras sus cobardes líderes sindicales, quienes no lucharon en defensa de sus derechos laborales.
Hoy que la reforma peñanietista está sepultada, muchos salen a celebrar por lo que no lucharon; otros, como en Veracruz, aprovecharon para colocarse en puestos gubernamentales. Sin embargo, la gran mayoría anónima se quedó con la satisfacción de haber peleado y ganado la batalla contra un amasijo de leyes que dañaba no sólo los derechos laborales, sino la propia dignidad del maestro.
Ahora se lucha por la democratización del SNTE, ahora es tiempo de cobrar la factura a los traidores por su cobardía y falta de arrestos. Es momento de echarlos fuera. Sin embargo, tenga por seguro que algunos sólo se quedarán con los brazos cruzados, sólo serán simples espectadores, no sabrán lo que se siente ser protagonista de la historia y parte importante de la Cuarta Transformación.
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