Esta posición, asociada al poder pero a su vez a la responsabilidad y al compromiso, puede llegar a ser una dura carga. Elba Esther Gordillo, la mujer líder, nunca ha estado quieta, es más, aquellos que piensan que la maestra ha regresado, se equivocan, ella nunca se fue; es una de las mujeres mejor informadas del país, supo resistir el brutal embate del aparato del Estado y salir avante con una resiliencia envidiable.
Hoy la maestra supera la apreciación común y corriente; ella se ha convertido en un verdadero zoon politikón. Y es que cuando Aristóteles define al hombre como, animal político, se refiere a su dimensión social y política que se diferencia del animal porque el líder crea sociedades y organiza la vida en ciudades. Es cierto que liderar no es fácil: hay que asumir la dirección que el equipo toma, el afrontamiento de las dificultades tanto en la tarea como entre los miembros del grupo o las consecuencias y responsabilidades que se deriven de las decisiones tomadas.
Hoy la maestra Gordillo ha tomado la decisión de democratizar al SNTE, le tomó la palabra al presidente y es la primera interesada en fortalecer nuevos liderazgos. Reconoce y sabe que estamos viviendo momentos históricos, sabe perfectamente cuál es su papel en estos momentos y, lo más importante, está dispuesta a cumplirlo.