Un emblema de la corrupción sindical en México es Víctor Flores, el líder ferrocarrilero, quien durante años ha permanecido como secretario general del sindicato de los ferrocarrileros, de los que se ha embolsado anualmente 20 millones de pesos de cuotas sindicales. Pero eso no es todo, Víctor Flores obtiene más que eso, pues su corrupción no ha tenido límites. Han sido 18 años en el poder, ha pasado ya por varios presidentes, y se ha puesto a los pies de cada uno de ellos.
Pero esta vez, al parecer Andrés Manuel López Obrador no aceptará la servidumbre abyecta de este líder y por ello de entrada le canceló esa cuota onerosa. El líder sindical ya salió a decir que él no se ha robado un sólo peso de los trabajadores ferrocarrileros. Pero entonces tendrá que salir a explicar de dónde salieron sus casas, sus edificios de departamentos, sus autos BMW, sus joyas de oro que tanto ostenta, sus edecanes, sus viajes, sus lujos.
La fuerza de Víctor Flores ya no es la de antaño, ahora sólo controla 45 mil trabajadores ferrocarrileros, pero con ese patrimonio sindical ha logrado hacer lo mismo o más que otros líderes que controlan 10 veces más agremiados. Su habilidad para la corrupción deja a todos con el ojo cuadrado.
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