Pero esta vez, al parecer Andrés Manuel López Obrador no aceptará la servidumbre abyecta de este líder y por ello de entrada le canceló esa cuota onerosa. El líder sindical ya salió a decir que él no se ha robado un sólo peso de los trabajadores ferrocarrileros. Pero entonces tendrá que salir a explicar de dónde salieron sus casas, sus edificios de departamentos, sus autos BMW, sus joyas de oro que tanto ostenta, sus edecanes, sus viajes, sus lujos.
La fuerza de Víctor Flores ya no es la de antaño, ahora sólo controla 45 mil trabajadores ferrocarrileros, pero con ese patrimonio sindical ha logrado hacer lo mismo o más que otros líderes que controlan 10 veces más agremiados. Su habilidad para la corrupción deja a todos con el ojo cuadrado.