Uno de los objetivos principales que AMLO se ha propuesto en su gestión presidencial es el de erradicar la pobreza extrema. En todo México se ha registrado que entre 74 y 86 de cada 100 personas que viven en pobreza, no podrán escapar de este status social a lo largo de su vida; esto de acuerdo al informe Movilidad Social en México 2019 realizado por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY). A pesar de que el pasado 30 de abril fue presentado ante la Cámara de Diputados el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2019-2024, el cual, entre sus puntos, resalta el de terminar con la pobreza generacional y la discriminación hacia los desposeídos, la situación parece tan adversa que sin duda se requiere de mayores esfuerzos para suprimir definitivamente esta plaga social.
En el reporte Movilidad Social 2019 se han dado a conocer las estadísticas que ha generado este padecimiento, mismo que ha estereotipado a nuestra nación. En el país, “74 de cada 100 mexicanos que nacen en la base de la escalera social, no logran superar la condición de pobreza”. En la región norte “54 de cada 100 personas que nacen en la base de la escalera social no superan dicha línea”. Mientras que en el sur del país “86 de cada 100 personas están en dicha situación”. Roberto Vélez, Director Ejecutivo del CEEY, mencionó sobre esta problemática lo siguiente: “sin igualdad de oportunidades, no importa cuán grandes sean los esfuerzos de quienes nacen en situaciones de mayor desventaja, sus posibilidades de mejora serán limitadas. Se requiere crecimiento económico y acciones públicas de educación, salud y la protección social”.
Si es que López Obrador aspira a cumplir una de las metas en su gobierno como lo es terminar con la pobreza, como dijera Rogelio Gómez, coordinador del organismo Acción Ciudadana Frente a la Pobreza: “No se puede asignar la responsabilidad únicamente a los programas sociales, tiene que haber medidas económicas sobre todo en el mundo del trabajo. Hemos mencionado que muchas veces el trabajo es una fábrica de pobreza y en general los modelos económicos excluyentes que más que generar riqueza extraen riqueza y no incluyen a las personas de las comunidades, de pueblos indígenas, en fin, a la gente”.
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