Édgar Hernández* / Si el auditor general del Órgano de Fiscalización Superior, ORFIS, Lorenzo Antonio Portilla Vázquez, ya olvidó todas las rapacerías cometidas en sus ya largos años al frente de la institución, la ciudadanía no.
Orondamente va tras la reelección buscando engatusar a los poderes ejecutivo y legislativo encomendándose antes que nada a “Dios en quien me pongo en sus manos” para que le autoricen la reelección por seis años más.
Lorenzo de pronto olvidó los actos de nepotismo y transas de su sobrina, Grecia, así como los despachos contables a modo para evadir la responsabilidad financiera de los ediles e instituciones de gobierno, así como el dinero que presuntamente ha recibido a cambio de favores.
Lorenzo ha de sentirse orgulloso de haber gestado una “Mafia del Poder”, el “Cartel de Orfis”, que tiene incrustado en sus oficinas en donde sus colaboradores viven como reyes porque al órgano que audita nadie lo audita.
El secreto mejor guardado a cada cambio de gobierno.
Ese bandear políticamente apoyando en su momento con todo a Javier Duarte, a Miguel Angel Yunes o a Cuitláhuac García, dependiendo el momento y la circunstancia.
No hay rubor cuando se trata de descalificar e investigar al mandatario saliente para congraciarse con el entrante. En esa dinámica, por tanto si Lorenzo se queda, en seis años más ya le tendrá listo un grueso expediente para condenar a Cuitláhuac García.
“Yo no tengo guardaespaldas ni nadie que me cuide, el único que me cuida es Dios”, dice este persignado, tras “revelar” el pasado 29 de enero que gobernadores –no especifica- lo han presionado para ocultar actos de corrupción “pero yo no he cedido”, declara en forma por demás valiente.
Ya no se acuerda de la grabación que el portal noticioso “Libertad bajo Palabra” presentó a sus lectores en donde se escucha a Grecia Cristin Caballero, quien en un audio hecho público llama a Lorenzo Portilla su tío y refiere actos de extorsión.
Lorenzo Portilla por respuesta, dijo que la grabación era falsa al tiempo que desconocía parentesco con Grecia a lo que el periodista cuestionó:
“¿Qué elementos tiene Lorenzo Portilla para decir que la grabación es falsa? ¿Acudió a un especialista para que dictaminara si la grabación es editada? ¿Acaso sólo le preguntó a su sobrina si la voz del audio era suya y esta le dijo que no?”.
Lo invitó asimismo a solicitar a la Fiscalía a que inicie una investigación, ya que está obligado; “lo debe hacer”. Su nombre y su prestigio (si es que lo tiene) están en juego. Si tiene elementos para decir que la grabación es falsa que los muestre.
“Ahora bien, si lo que está haciendo Lorenzo Portilla, de manera indirecta, es negar que Grecia Cristin Caballero es su sobrina, esos ya son problemas familiares”, escribió el periodista Armando Ortiz.
Lo anterior es acaso un destello de la caja de pandora que esconde ORFIS.
Publicado y sin desmentir se han denunciado actos de corrupción con alcaldes para que libren la cárcel, así como las cantidades millonarias entregadas a gobernadores entrantes para garantizar la supervivencia.
La propia Unidad de Control y Seguimiento de Servicios Profesionales Externos, dependiente de la Secretaría Técnica ha sido denunciada por actos de corrupción al permitir a despachos externos participar en las auditorías tácticas y financieras
“El moche es de 20 mil pesos para integrarles las carpetas de manera correcta, sin broncas, inclusive con documentos apócrifos”, denuncia el periódico digital “Marcha”.
No hay respuesta.
Hace algunas semanas escribíamos en este espacio como se gestó el “Cartel de Orfis”, en donde la danza de los millones oscila entre los 17 mil y 33 mil millones de pesos que nadie ha sabido explicar a cabalidad dónde están y por qué no se ha procedido contra los saqueadores del Duartismo y el Yunismo.
Por demás sospechosa la actitud de su titular Lorenzo Antonio Portilla Vázquez, quien acusa amenazas que, según él, se dieron luego que comenzó a presentar denuncias por malversaciones cometidas durante el gobierno de Miguel Angel Yunes Linares.
“Eso me tiene muy sacado de onda” ha dicho el auditor quien durante el mandato yunista, periodo durante el cual nunca encontró nada irregular. Por el contrario, al aprobar la cuenta pública 2017, solo observó la honestidad de un gobierno al cual se arrodilló de manera servil.
De la misma manera lo hizo durante el periodo de Javier Duarte donde Veracruz registró el peor saqueo de la historia periodo durante el cual creó una élite inamovible.
Es una mafia, un clan, que aprendió a ganar ríos de dinero, a repartir a quien se debe repartir y mantener a su titular como cómplice incluida, por supuesto, la reelección.
En poco más de tres meses el Congreso del estado habrá de designar o reelegir al Auditor General a propuesta del gobernador del estado y ha trascendido que ya hay acuerdo cupular con el Secretario de Gobierno, Eric Cisneros a espaldas del gobernador Cuitláhuac García.
Escribe Jorge Miguel Ramírez Pérez, analista y conocedor de las entrañas de Orfis que “desde hace mucho tiempo se sospecha de ese organismo en el sentido se pudieron atraer y aislar los atracos al gobierno; aparentar procesos enredados para que los transgresores se arreglaran con esa gestapo autóctona, y así, aflojar la mayor parte de lo hurtado mediante el episodio conocido en el argot del bajo mundo burocrático, como vómito negro”.
Confirma asimismo lo publicado en el sentido de que en el “Cartel de Orfis” los entuertos se corrigen en despachos externos, de los “cuates”, pagados con recursos presupuestarios, más lo que le unte el empleado defraudador; para, dicen: “se investigue a fondo”, de lo que resulta una devolución oficial ínfima del atraco y la solventación de todo proceso.
“Los contralores del ORFIS y sus despachos son, en síntesis, unos limpiadores profesionales de cadáveres de la corrupción”, concluye.
Esa la cara oculta de Lorenzo que en el día peca y en la noche se encomienda a Dios.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
Comentarios