«El juego no se acaba hasta que se acaba», decía Yogi Berra quien era una de las estrellas indiscutibles de los Yankees de Nueva York con los que jugó desde 1946 hasta 1963; en México, esa frase la usaba mucho el famoso mago Pedro Septién. Así pasa con la mal llamada y la nueva Reforma Educativa, esto aún no acaba. Y es que la cancelación, abrogación o como quieran llamarle, ha generado algunas inquietudes. Y es de entenderse, ya que no basta un sólo documento o una sola firma para acabar con ella y emerja mágicamente la nueva reforma que traerá un nuevo Modelo Educativo. El proceso es un camino escabroso que aún no termina, sino que apenas comienza. Las Leyes Secundarias, estrategias, disposiciones, marcos legales aún no son definidas en su totalidad.
Aunque a decir verdad, el magisterio mexicano ya ha sido testigo de las resultados de este dictamen que fue aprobado, primero por diputados federales y luego por la Cámara de Senadores, para pasar a los respectivos congresos de los estados. De entrada, la evaluación punitiva que obligaba a los maestros a evaluarse se ha ido al bote de la basura, no obstante, falta conocer a precisión los procesos de admisión, promoción y reconocimiento magisterial.
Esa álgida parte tendrá que desmenuzarse en las Leyes Secundarias delante de los principales actores; y esos son precisamente los maestros frente al aula. Al menos el SNTE no es problema, ya que éste ya adopto el papel de tapete, MXM le está apostando al diálogo y la CNTE a la movilización radical. Ya veremos en qué acaba este embrollo que apenas comienza.
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