Alcohol y deudas, anota el reportaje, llevaron al esposo de Nahle a una situación desesperada. El esposo de la Nahle se tomó un montón de pastillas y se encerró en su auto decidido a morirse. Sobre esa ocasión relata Rogelio Martínez: «Esa noche, Rocío Nahle me habló por teléfono y me suplicó que fuera a ayudarlos, porque decía que yo era a la única persona que Peña le hacía caso y el único que podría evitar que se hiciera daño».
Gracias a Rogelio Martínez el esposo de Nahle no se suicidó, pero para que ya no lo volviera a intentar, Rocío Nahle movió sus influencias en Pemex para que el señor estuviera viviendo en un hotel de lujo con viáticos completos, para de esa manera conseguir que lo jubilaran con 120 mil pesos mensuales. ¡No pues así quién no le agarra amor a la vida!