Pero en sumatoria, los percances que se dan en esas etapas, en que uno pensaría, hay una menor probabilidad de algún fallo, han sido mucho mayores que aquellos que se dan en las alturas. Curiosamente la etapa de ascenso de un avión tiene un saldo de solo 6 accidentes. Esto se contrasta, muy sorpresivamente, con aquellos eventos imprevistos que se han suscitado mientras el avión está parado, previo al vuelo, siendo estos un total de 73. Asimismo, es interesante saber que, en la mencionada fase de ascenso, sólo se ha registrado un total de 4 víctimas. Mientras que, en una etapa previa, la de despegue, se ha informado de 514 muertes, con un total de 105 accidentes.
La etapa que se lleva el primer lugar en cuestión de contingencias aéreas es la de aterrizaje, con un total de 356 accidentes. Cabe recalcar también que, durante la pista, previo al despegue, se han registrado 111 percances, un número incluso mayor que en la fase posterior. Quien no recuerda haber presenciado, al menos en las noticias, alguno de estos trágicos sucesos que, sin duda, marcan la vida y la memoria de innumerables personas. La próxima vez habrá que meditar bien, si un viaje en avión, vale la pena de verdad, no queremos ser partícipes de estas estadísticas que en verdad preocupan.