La justicia por mano propia es un síntoma de la ingobernabilidad que se vive en una población. Lo decimos porque en el ejido Playa Santa, municipio de Las Choapas, tres personas fueron linchadas la tarde de este lunes por presuntos autodefensas. Los autodefensas decían haber rescatado a un niño y por ello pedían la presencia de la Marina para entregar a los secuestradores, a quienes tenían detenidos. Los detenidos decían que todo era una confusión y que al niño lo llevaban a un rito de adoración para pedir por su salud. Uno de los detenidos se llamaba Renato Cruz Mil, quien era conocido como “El Brujo”.
Una versión del caso señala que el problema se dio cuando los que iban a practicar el rito a un lugar llamado Ojo de Agua, pidieron a un niño de 10 años de Playa Santa para que los guiara. Los pobladores, al percatarse de que el niño no estaba, tomaron a los del ritual como secuestradores. A pesar de que la autoridad se presentó y pidió que entregaran a los detenidos para que fueran investigados y juzgados de acuerdo con la ley, los supuestos autodefensas no escucharon el llamado de la autoridad y procedieron a ejecutar a tres de los detenidos: un taxista, “El Brujo” y un petrolero de Jalapa, Tabasco.
Por supuesto, es lamentable lo ocurrido. No se puede celebrar que las personas tomen la justicia por su propia mano. Sin embargo, merece la pena reflexionar en las razones que tuvieron los pobladores, los supuestos autodefensas, para cometer ese crimen; porque sin duda es un crimen por parte de los que ejecutaron a las tres personas. Vale mencionar que en la zona de Las Choapas no hay semana en que no se dé un acto criminal.
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