Es en la Ciudad de México, pero es la propuesta de una diputada de Morena, vender las cervezas tibias para con ello inhibir su venta y consumo. Esta propuesta nos recuerda el cuento de Rulfo, “Luvina” donde un local le describe Luvina a un extraño: «Pero tómese su cerveza. Veo que no le ha dado ni siquiera una probadita. Tómesela. O tal vez no le guste así tibia como está. Y es que aquí no hay de otra. Yo sé que así sabe mal; que agarra un sabor como a meados de burro. Aquí uno se acostumbra».
La diputada María de Lourdes Paz Reyes propuso en el Congreso de la Ciudad de México modificar la Ley de Establecimientos Mercantiles del Distrito Federal, todo con el propósito de que no se pueda consumir cerveza en los lugares donde se vende o que se pueda consumir en la vía pública. Pero la diputada de Morena también propuso que se incorpore «la prohibición de que se venda refrigerada (la cerveza) o en condiciones diferentes a la temperatura ambiente a efecto de desalentar su ingesta en ese momento».
Por supuesto, con estos calores, la propuesta no ha caído bien, aunque las intenciones puedan ser buenas. Los ciudadanos temen que esa propuesta se extienda a otras entidades de la República, entidades donde una cerveza bien fría es una bendición y la única manera efectiva de quitarse el calor. Por supuesto que, si la propuesta avanza, los ciudadanos de la CDMX se tendrán que acostumbrar a tomar la cerveza tibia, con sabor a “meados de burro”. ¡Provecho!
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