Seis días después en Minatitlán trece personas murieron, incluyendo un niño de un año de edad. La respuesta del gobernador de Veracruz fue muy similar a la de su homólogo de Morelos: «Las administraciones pasadas que dejaron crecer y solaparon el manto de corrupción e impunidad».
El mismo Andrés Manuel López Obrador se sumó a esta excusa señalando que la violencia es un “fruto podrido” que heredaron de administraciones pasadas. Ninguno de los tres asumió la responsabilidad, los tres le echaron la culpa al pasado, y tal vez tengan razón, pero si la tienen, la razón, eso no los exime de su responsabilidad que es la de garantizar la seguridad y la paz de sus gobernados. A nadie consuela que los dos gobernadores y el presidente digan que la culpa es de los otros. Lo mejor que se puede hacer es asumir y actuar, que para eso son los que ostentan el poder en el presente.