Héctor de Mauleón, articulista de El Universal, versado en temas de narcotráfico, compara los gobiernos de Cuauhtémoc Blanco y Cuitláhuac García, ambos llegaron a ser gobernadores gracias al efecto AMLO. De Mauleón relata que el día 13 de abril hubo una balacera en un restaurante en Cuautla, Morelos. Unos sicarios iban tras el líder del Cartel Jalisco Nueva Generación de esa zona. El resultado, una masacre donde también murieron tres menores de edad. Cuauhtémoc Blanco, gobernador de Morelos se limitó a decir: «Así nos dejaron el estado».
Seis días después en Minatitlán trece personas murieron, incluyendo un niño de un año de edad. La respuesta del gobernador de Veracruz fue muy similar a la de su homólogo de Morelos: «Las administraciones pasadas que dejaron crecer y solaparon el manto de corrupción e impunidad».
El mismo Andrés Manuel López Obrador se sumó a esta excusa señalando que la violencia es un “fruto podrido” que heredaron de administraciones pasadas. Ninguno de los tres asumió la responsabilidad, los tres le echaron la culpa al pasado, y tal vez tengan razón, pero si la tienen, la razón, eso no los exime de su responsabilidad que es la de garantizar la seguridad y la paz de sus gobernados. A nadie consuela que los dos gobernadores y el presidente digan que la culpa es de los otros. Lo mejor que se puede hacer es asumir y actuar, que para eso son los que ostentan el poder en el presente.
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