Y es que 12 horas después de suicidarse, en la bandeja de correo electrónico de la madre, llegó una carta escrita por su hijo. Allí, explicó que el prepucio de su pene había sido removido quirúrgicamente dos años antes, cuando tenía 21 años. Para Alex, la circuncisión se trataba de una “mutilación genital masculina” y no lo pudo soportar. Ni siquiera su familia, que radica en Reino Unido, sabía sobre la intervención quirúrgica.
Y es que posiblemente el joven, por su ignorancia, creyó que la cirugía lo haría menos hombre o, de plano, que nunca más volvería a utilizar su aparato reproductor masculino, situación que lo volvió completamente loco. Cabe destacar que la circuncisión es un procedimiento habitual en el que se extrae quirúrgicamente la piel que recubre la punta del pene.