La gobernanza metropolitana como alternativa necesaria de solución en la consolidación de las zonas metropolitanas en Veracruz

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Gobernanza metropolitana FOTO: WEB
- en Opinión

Ricardo Peña Olvera / Anteriormente hemos comentado en este espacio, de la necesidad de atender de manera profesional el tema del desarrollo metropolitano, sobre todo, considerando que el estado de Veracruz cuenta con el mayor número de zonas metropolitanas reconocidas por la federación, tenemos 8, mas otra que se encuentra conurbada con el estado de Tamaulipas, y hemos referido que es urgente organizar esquemas de trabajo conjunto entre los municipios que conforman dichas zonas.

Uno de los aspectos que se deben privilegiar es el tema de la gobernanza metropolitana, que no es otra cosa más allá de la organización que deben de mostrar los Ayuntamientos que forman parte de cada una de las zonas metropolitanas, en el estado, no hemos observado avances significativos en esa área.

Se debe destacar que Veracruz no es el único estado que presenta dicha desorganización, es un tema de preocupación incluso mundial.

En ese sentido, en el 2015 el Gobierno del estado de Jalisco y ONU-Habitat organizaron el Foro Internacional de Innovación en la Gobernanza Metropolitana, en el que presentaron e intercambiaron iniciativas y ejemplos de mejores prácticas entre diversas ciudades del mundo, todo ello, con la finalidad de aprovechar las lecciones aprendidas en otros lugares en torno a la Gobernanza Metropolitana.

El objetivo del foro fue ser un espacio para dar a conocer contenidos relevantes de un debate público existente, enfocado en gran medida a la definición de las reformas necesarias para incidir en la mejora de las regiones urbanas y las ciudades. Además, contribuyó activamente a la agenda global que promovió ONU-Habitat, de cara a la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Asentamientos Humanos – HABITAT III, que tuvo lugar en el año 2016 en Quito, Ecuador.

Cabe señalar que por cuestiones jurídicas y de hecho, es muy complejo lograr la coordinación metropolitana que permita un desarrollo homogéneo de los municipios integrantes de las diversas zonas metropolitanas.

Y es que mientras los gobiernos municipales invocan su estatuto de autonomía e identidad, olvidan su realidad y vocación metropolitana, difiriendo los problemas intermunicipales compartidos. Sin embargo, la metropolización es ineludible ya que tarde o temprano tendrá que ser enfrentada en toda su magnitud social, económica y sobre todo, política; si lo que verdaderamente se pretende se pretende es consolidar las zonas metropolitanas del estado.

Una de las propuestas es la de integrar a las legislaciones locales, la figura de un Gerente Metropolitano, que sea quien lleve de manera profesional el aspecto técnico de los proyectos y sobre todo de la planeación a largo plazo, y también hay quienes afirman que más que una gerencia metropolitana, lo que se necesita es una Gobernanza Metropolitana diseñada con los alcaldes que forman parte de las zonas metropolitanas, es decir, encontrar la forma de intervenir en el territorio propio con eficacia y calidad en las interacciones públicas, privadas y de la sociedad civil, y encontrar así, una forma novedosa de gestionar recursos para ordenar el territorio y lograr revertir el desorden urbano existente y otorgar solidez al crecimiento y desarrollo sustentable que nuestras zonas metropolitanas requieren.

Se debe reconocer que hasta ahora, cuando menos públicamente, no conocemos la mayoría de planes que se tienen para las zonas metropolitanas, lo cual complica la gestión de los recursos existentes del Fondo Metropolitano, que este año cuenta con 3,300 millones de pesos.

Encontrarse como integrante de una zona metropolitana no implica esquivar a los municipios y sus demás escalas urbanas, por el contrario, implica asegurar que el crecimiento y desarrollo urbano actual y futuro sean congruentes y consecuentes con la calidad de vida distrital, barrial o vecinal.

Los conflictos inician cuando se libera recurso para zonas metropolitanas y, generalmente, los municipios más grandes deciden sobre el destino de los recursos y no toman en consideración a los más pequeños, esto, es un problema que aqueja a todas las zonas metropolitanas del país, sobre todo, considerando que en la mayoría de los casos no existen al interior de los gobiernos municipales, personal profesional en el área de proyectos, y ello conlleva a que la mayoría de éstos, no sean autorizados.

En las áreas más densamente pobladas, la dispersión urbana ha mostrado resultados negativos al orientar la densificación privilegiando al automóvil y a la estratificación social, y ello tiene que modificarse pronto, ya que de no dar un golpe de timón en las políticas públicas y en las formas de intervención públicas, privadas, y de participación social, el sector inmobiliario continuará depredando el patrimonio natural y edificado actualmente, pulverizando el territorio hasta que se dé un colapso estructural.

Es necesario que las políticas públicas municipales de control, consolidación y densificación bajo criterios sustentables dejen de ser sólo un discurso retórico que contrasta con la realidad cotidiana de la problemática de las zonas metropolitanas.

Es necesario enfatizar que mientras los gobiernos municipales continúen invocando su autonomía e identidad sobre los demás, olvidan su realidad y vocación metropolitana, aplazando los problemas intermunicipales compartidos.

No hay duda que la metropolización es ineludible, y tarde o temprano tendrá que ser enfrentada, y sobre todo atendida, en toda su magnitud política, si lo que se pretende es pasar de ser un grupo de ciudades marginadas a ciudades verdaderamente organizadas.

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