«Lo que natura no da, Salamanca no presta», la frase se atribuye a don Miguel de Unamuno, pero su origen es más antiguo. Y es que Salamanca tenía una de las universidades más antiguas de la vieja Europa. El dicho da a entender que por mucho estudio que una persona tenga, si se nace bruto por naturaleza, pues bruto tendrá que transitar por la vida. Y este parece ser el destino de muchos funcionarios de la presente administración, sin excluir por supuesto al gobernador. Pueden tener doctorados y maestrías como Hipólito Rodríguez, pero eso no los hace más sabios, más listos.
Guillermo Fernández, en su afán por quedar bien con Cuitláhuac García, amigo que lo puso en Sedesol a pesar de no tener las aptitudes para el cargo, quiso hacer grande la denuncia en contra de la anterior titular de esta dependencia, Índira Rosales, quien consiguió que se aprobara en el Senado un exhorto para que el gobernador explique su estrategia de seguridad. Pero el muy bruto se equivocó, “nada más por tantito” y en lugar de anotar la cifra de 19 millones que es lo que la Sedesol anterior, supuestamente devolvió a la Federación, Guillermo Fernández anotó y anunció 400 millones.
¿Por qué decimos que «lo que natura no da, Salamanca no presta»? Porque hay que ser muy bruto para confundir 19 con 400. Guillermo Fernández ya reculó, seguramente le dijeron que le iban a meter senda demanda por andar cambiando cifras a conveniencia. Como dijimos, este tipo de acciones erróneas no es privativo de un área, esto pasa en toda la administración del gobernador Cuitláhuac García, empezando por él.
Son verdaderos pendejos todos esos que menciona Ud. Maestro… Con todo respeto, una bola de estúpidos descarados…