El gobierno que iba a solucionar todos los problemas de Veracruz ha resultado un verdadero fiasco. El gobernador no ha sabido dar respuesta a las inquietudes de los ciudadanos, y estamos hablando no sólo de indolencia, sino de incapacidad; no responde porque no sabe qué responder, o cómo. El último reporte de Alto al Secuestro coincide con los reportes de la propia Secretaría de Gobernación, la incidencia delictiva sigue aumentando. Tan sólo en el primer bimestre del gobierno de Cuitláhuac García se reporten 108 secuestros. Cheque usted el dato, de los 190 secuestros que se reportaron en todo el país, 51 sucedieron en Veracruz, lo que significa más de uno de cada cuatro.
Y en febrero no mejora la situación, pues se registraron 57 secuestros. Vale mencionar que, en 2018 en el mismo primer bimestre, enero, febrero, se reportaron sólo 38 secuestros. ¿Qué es lo que ha aumentado la incidencia? ¿De qué se han dado cuenta los delincuentes sobre el nuevo gobierno? ¿Hay una estrategia para combatir este delito? ¿Somos los ciudadanos los que debemos buscar una solución?
Estos índices sólo marcan lo cerca que estamos para calificar este gobierno como un estado fallido. Un gobierno que responde a las agresiones del crimen organizado con reinauguraciones pedorras; un gobierno que hace pantomima de preocupación yendo al lugar del combate a comerse un jocho o una hamburguesa. De eso se han dado cuenta los delincuentes, de que el actual es un gobierno obtuso.
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