Por ello, por su obcecación, todos los problemas que suceden en Veracruz son responsabilidad del fiscal. Ahora sale a decir que el fiscal tiene complicidad con los criminales, pero como ya nadie lo toma en serio, pues tampoco es muy grave. Que eso lo dijera algún funcionario legítimo, honesto, probo, pues entonces sí preocuparía. Pero lo que Cisneros Burgos dice lo dice desde sus entrañas, desde sus vísceras.
No entiende el secretario de Gobierno de Veracruz que ya hartó a los veracruzanos con estos cien días de bravuconería que sólo lo han llevado de descalabro en descalabro. Aparte, que mal perdedor es, pues no reconoce su derrota ante Winckler, que sin meter las manos le ganó la partida; sólo se trataba de dejar que Éric Cisneros se empinara solo.