¿Es el docente un trabajador de la educación? o ¿la palabra trabajador lo limita y acota sus funciones? Son interrogantes que merecen una seria consideración en el nuevo proyecto que impulsa la 4T de Andrés Manuel López Obrador. Es más, el propio Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) lo utiliza en su propio nombre. Académicos e investigadores del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad de la UNAM (IISUE) coincidieron en que la nueva propuesta de Reforma Educativa de la administración de Andrés Manuel López Obrador debe revalorar la función docente.
Se debe de tomar en cuenta que el docente es un verdadero profesional de la educación y no sólo un ente operativo de la enseñanza. También se ha discutido el uso del a palabra calidad, la propia CNTE ha señalado que se debe cambiar por excelencia. Que no se olvide que una sola palabra (permanencia) ocasionó la inconformidad de miles de maestros.
Esto debe de quedar muy claro, para evitar paros y protestas magisteriales. Por otro lado, la vicepresidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Dolores Padierna, ha señalado que posiblemente en este mes sea candelada de manera definitiva la mal llamada Reforma Educativa, junto con sus leyes secundarias. Lo cierto es que aún viene un largo proceso para que los maestros canten victoria.
No es cierto que la CNTE quiere la palabra «excelencia»
La iniciativa de ley con la que se pretende reformar los artículos, 3°, 31° y 73 constitucionales, no resuelve la
abrogación de la reforma educativa vigente.
Esta iniciativa corresponde a un modelo neoliberal puesto que aún contempla términos como la “excelencia”
que perfecciona el concepto infundado de “calidad” que no son términos pedagógicos, sino empresariales,
planteados desde la perspectiva de la OCDE y Mexicanos Primero, que distorsionan el carácter universal y
humanízador que debe prevalecer en la educación.