Recordemos que si algo ha caracterizado al presidente es que, a diferencia de sus antecesores, él se detiene a comer en mercados, fondas y algunos modestos restaurantes. Lo mismo le da comprarse un café y un paquete de galletas en el Starbucks que en el OXXO, é no le hace el fuchi a ningún lugar. “Voy a restaurantes, voy a fondas donde me atienden muy bien tanto los chefs como los trabajadores de hoteles y restaurantes; les tengo toda la confianza y no hay un operativo especial para que alguien esté pendiente de qué van a cocinarnos, comemos lo que hay en estos restaurantes y en las fondas”, dijo el mandatario a medios de comunicación.
Tan seguro y confiado está AMLO de la calidad de los restaurantes en los que ha comido que hasta los ha recomendado, pues la comida está muy bien preparada, y es bastante económica. “Los hoteles de México y las fondas son de primera. Les puedo presumir que no solo se come bien, sino que es barato; es comida bien guisada y, sobre todo, es comida sana, no se enferma uno, no hay ningún problema”. Y volviendo al tema de las supuestas amenazas de envenenamiento, ¿Por qué Tatiana no le comentó a su jefe sobre lo que estaba sucediendo? ¿Se lo inventaría para asegurar las ventas de su libro?