La educación en México cuesta, sólo es gratuita en el papel y en la ley. La educación oficial cuesta a pesar de que las matrículas sean gratuitas. Los padres de familia deben sufragar los gastos de libros, de útiles de estudio, uniformes, credenciales, además de sus necesidades básicas de alimentación, vestido, recreación y salud. Es cierto que el presidente busca estimular a los estudiantes de educación básica, media y superior con becas, sin embargo, tenga por seguro que esos recursos serán usados para sobrevivir y no para sus menesteres escolares.
Las estadísticas muestran panorama sombrío, más de 60 millones de pobres que no cuentan con habitación digna, sin empleo y sin expectativas de progreso. En estas circunstancias, la oportunidad que ofrece gobierno de AMLO es una pequeña luz entre las sombras de la miseria. Si los jóvenes, actúan con responsabilidad y hacen buen uso de la ayuda gubernamental, tenga por seguro que su panorama y expectativas mejorarán.
Ya se verá en unos cuantos años si este programa funciona y mejora la condición de vida de los jóvenes que en un futuro vendrán a ocupar los lugares que la clase gobernante más adelante dejará.
Comentarios