Vaya borlote el que se ha armado con la declaración patrimonial de la secretaria de Gobernación, la exmagistrada Olga Sánchez Cordero. El presidente López Obrador ha insistido en que todos los miembros de su gabinete entreguen completa su declaración patrimonial, sin embargo, algunos se retrasaron mucho. La más visible, la secretaria de Gobernación, la señora Olga Sánchez Codero, quien entregó como declaración patrimonial los documentos de un terreno rústico y un departamento de dos millones 700 mil pesos comprado en 2004.
El problema es que se le descubrió que también era propietaria de un penthouse en Houston, con un valor de más de 11 millones de pesos. La secretaria de Gobernación dijo que ese departamento sí se declaró, pero que los del Instituto Nacional de Acceso a la Información no lo subieron a su página. Ese departamento, dice Sánchez Cordero, es el fruto de 100 años de trabajo, 50 años de ella y 50 de su esposo.
Pero el caso es que a pesar de que ella aseguró que ya lo declaró y que el INAI es el responsable de mantenerlo oculto, el penthouse sigue fuera de su declaración patrimonial. Habría que decirle a la secretaria de Gobernación que no es pecado ser rico, pero que sí es deshonesto el afán por hacerse pasar por menesteroso.
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