Algunos justifican que ellos se rigen por el reglamento escolar o las instrucciones de los directivos, sin embargo, dejan de lado el manual de convivencia. Existen casos documentados donde un director de secundaria les cortaba el pelo a los niños y los prefectos les descocían la ropa a los niños porque el pantalón estaba entubado. Algunos maestros reprobaban a los niños porque los tenis eran e otro color, o porque las niñas llevaban las uñas pintadas.
Lo cierto es que con el nuevo modelo educativo, que seguramente se echará andar el próximo ciclo escolar, ese tipo de normas se deberán de ajustar al respeto a los derechos humanos. De lo contrario, tenga por seguro que algunos directivos, maestros y prefectos se podrán meter en problemas legales. Para el presidente de la República, los niños son intocables.