Después de pensarlo mucho, de meditarlo con sus asesores, con sus hermanos los radiofónicos, encontró la solución al problema de los feminicidios y de la violencia de género. No se trata de una ley, de un manual o de medidas de precaución, la diputada a la que casi se le quema el cerebro de tanto pensar el problema, encontró la solución en un toque de queda. Sí, ¿cómo no se nos había ocurrido antes? Si las mujeres no quieren ser violentadas o asesinadas, que se queden por las noches en su casa, que el estado no las deje salir después de las 10 de la noche.
Y si por casualidad alguna mujer sale porque necesite comprar la medicina para uno de sus hijos, o requiere salir porque tiene turno nocturno, entonces que el Estado les dé un escarmiento por andar exponiéndose a la criminalidad. Esa es la gran idea. La verdad, los diputados de Morena deberían proponer un toque de queda, pero para que Ana Miriam Ferráez guarde silencio de 8 de la mañana a 12 de la noche.