Los gobiernos anteriores los han dejado crecer; los directores de Tránsito se han coludido con ellos y por eso los concesionarios del transporte público pueden amagar al gobierno y organizarles un tango en la zona Veracruz-Boca del Río. Pero lo mismo pueden hacer en Xalapa o en otras ciudades porque los choferes del transporte urbano se conducen con impunidad. Para ellos la calle es de su propiedad. Arbitrariamente hacen terminal en cualquier esquina y toman las calles como su patio de maniobras; hacen mucho ruido y las quejas de los vecinos les valen madre. Los reclamos de los ciudadanos caen en oídos sordos porque la dirección de Tránsito está de parte de los transportistas y no de los vecinos.
El desorden que causan, el daño que causan a las calles, los atropellos que causan son justificados ante la premisa de que, si la ciudadanía necesita el servicio, entonces tienen que aguantar todos los inconvenientes. ¿Quién va a poner orden? Sólo una autoridad mayor, porque en Tránsito del Estado, mientras pasen su mochada, los concesionarios del transporte público siempre van a ser encubiertos. Hoy arman su tango en Veracruz-Boca del Río porque quieren subir la tarifa de manera arbitraria.
Y si hay alguien que se moleste, se le van encima a los golpes, no importa que sean usuarios del transporte público, no importa que sean compañeros del mismo gremio. Pero ya ve usted, ante este tipo de manifestaciones el gobernador Cuitláhuac García dijo que no iba a actuar, que dejaba los reproches y las mentadas de madre a los ciudadanos.
Eso hacen por la tibieza del gobierno les da miedo los bloqueos y con eso los intimidan mano dura señores eso hace falta