Después de entrar en psicosis en Palacio cancelaron la inauguración de la “obra magna” que el gobernador Cuitláhuac García iba a encabezar, el reencarpetamiento de dos tramos de las calles Santos Degollado y Zamora. La cancelaron porque los vecinos estaban preparados para reclamar por la “porquería” de obra que hicieron los del ayuntamiento de Hipólito Rodríguez. Y como no querían otro “chinamecazo” pues le dijeron al gobernador que le iban a buscar otro lugar donde lo cobijaran y le hicieran muestras de cariño. Así es que sin anunciar que iba, llevaron al gobernador a la Comisión de Agua del Estado de Veracruz (CAEV) donde los trabajadores se asombraron porque era la primera vez que un gobernador llegaba a esas oficinas.
¿Y a qué fue? ¿Alguna oficina que inaugurar? ¿Algún funcionario a quien tomarle la protesta? ¿Algún proyecto que echar a andar? No, nada más llegó, se echó su rollo mareador, le aplaudieron y le dieron las gracias por la visita. Antes le dijeron que desde ahí se distribuía el agua por lo que los exhortó a trabajar con «cero corrupción», y a echarle ganas para dotar de agua potable a las comunidades más marginadas del estado. En serio, ya díganle a Cuitláhuac García qué es lo que hace un gobernador; regálenle un manual, o un ejemplar de “Gobernar para dummies (tontos)”.
Porque tal parece que no tiene qué hacer. Le tiene miedo a las conferencias de prensa, por eso sólo lee comunicados y sale corriendo. Ahora ya le tiene miedo a la gente, porque apenas ve cinco ciudadanos juntos piensa que le van a mentar la madre, como lo hicieron los de Chinameca, y le empiezan a sudar las manos.
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