Cuando los integrantes del gabinete del presidente, Andrés Manuel López Obrador, son convocados para que le acompañen durante sus conferencias de prensa matutinas, estos deben llegar armados hasta los dientes para responder, en caso de ser necesario, a los cuestionamientos de los reporteros. Tienen que entender que no están ahí en calidad de adorno sino para cobijar y sacar de los apuros a su jefe. La anterior es una regla de oro que al parecer no la conoce, o no se la dijeron a la secretaria de Energía, Rocío Nahle.
Lo anterior lo decimos porque, durante una ronda de preguntas y respuestas, un representante de un medio de comunicación interrogó a AMLO sobre el tema de las importaciones de gasolina. Tras escuchar la pregunta, el mandatario se dio la media vuelta y le pidió a Nahle que respondiera a las dudas del reportero, pero ella solo le responde: “no los traigo a la mano”. O sea que la secretaria estaba ahí nomás en calidad de bulto.
De todos los que acompañaron al presidente, ella era la que más preparada debió de haber llegado, pues ya todos sabemos que el uno los principales temas de la agenda nacional, en estos últimos días, ha sido el del desabasto de gasolina. Por lo anterior, era lógico que la prensa haría cuestionamientos al respecto. No hay justificación que valga, Nahle solita demostró que no llegó preparada. Esperemos que esta situación no se vuelva a repetir, pues lo que menos se necesita en estos momentos son funcionarios de adorno
Seguramente recibió su regaño y ya pa la otra no debe pasar lo mismo. Démosle chance y que esto le sirva de experiencia, no por eso la debemos satanizar.