El Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE) es candil de la calle y oscuridad de su casa. Resulta que cuando se desata la férrea persecución contra los maestros por oponerse a la mal llamada Reforma Educativa en el 2013, los exquisitos y perfumados lideres sindicalistas escondieron la cabeza como el avestruz y dejaron a su suerte a los miles de maestros que protestaban en las calles.
Sin embargo, ahora como un valiente quijote levanta su voz Foncho Cepeda, el actual secretario del SNTE, quien expresó la solidaridad de los maestros de México con los docentes de California que se mantienen en paro, en demanda de mejoras laborales y en rechazo al financiamiento público para escuelas privadas.
Cómo ve usted a semejante personaje de papel, queriendo quedar bien con los maestros norteamericanos a más de dos mil 700 kilómetros de distancia. «La unidad de los trabajadores de la educación y la solidaridad son las mejores armas para lograr una sociedad inclusiva a la que aspiramos todos los pueblos del mundo», dijo Cepeda Salas.
Vaya cinismo de un sujeto que no movió ni un solo dedo para defender a sus agremiados y ahora se hace pasar como un líder solidario con los maestros extranjeros. Lo que este señor debería hacer, es ir preparando la convocatoria para un congreso extraordinario, donde se establezcan las bases para su relevo, en lugar de andar, de candil de la calle.
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