La náusea

Desabasto de gasolina FOTO: WEB
- en Opinión

Édgar Landa Hernández* / Las hileras se convierten en serpenteantes formaciones hasta perderse en la lejanía. Cientos de automovilistas desquician el tráfico y sus propias realidades.

La espera es tediosa, cae en una incertidumbre que a voces de especulaciones convierten un rumor en alucinaciones caóticas que logran colocar al ciudadano en un espasmo psicológico. Unos están a favor de la actitud del presidente en turno, otros, gritan improperios y se hartan de la situación hasta no soportar más y entre ellos mismos se retan a golpes. La serenidad no existe para ellos, el esperar no está en su vocabulario y prosiguen entre insultos a quien se le cruce en su camino.

Algunos automovilistas buscan a quienes piensen igual, a quienes aún tienen esperanza en las decisiones del ejecutivo mayor.se forman grupos, algunos más esperan pacientemente a que llegue su turno para cargar combustible y así reanudar sus actividades diarias.

La gente murmura, charla en torno a si está bien o está mal el saqueo de gasolina.

¡Es hora de hacer algo!

Yo espero, sonrío y únicamente observo. Busco en la guantera de mi camioneta y me alegro de traer un libro. El autor “Jean Paul Sartre”. Y como anillo al dedo en estos momentos. El título” La náusea” el tema “el existencialismo en el humanismo”. Le doy un repaso, lo hojeo detenidamente nutriéndome de la información. Y confirmo una vez más. Los lazos entre los ciudadanos se rompen por la línea más delgada. Aún nos mantenemos como grupos aislados, seres egoístas que cada quien quiere llevar agua a su molino no importando a quien se pase a traer. Egoísmo, egocentrismo que divide y crea anarquías.

¡Cuando Dios no existe, todo está permitido!
*Miembro de la Red veracruzana de comunicadores A.C.

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