El sistema de evaluación que impulsó el Nuevo Modelo Educativo de Aurelio Nuño Mayer fue un fracaso en la mayoría de las escuelas del nivel de educación básica. El haber movido los contenidos de cinco bloques a tres periodos evaluatorios ocasionó más trabajo para los maestros y desfase en los bloques. Gran parte de los maestros quieren que se regrese a la evaluación por números para fijar calificaciones y capturar una sola calificación por asignatura, ya sea bimestral o trimestral.
Es más, la dichosa autonomía curricular no ha funcionado tampoco. En varias escuelas los clubes no se echaron andar. Los clubes deben desaparecer y volver a aprovechar ese tiempo en fortalecer las habilidades básicas de nuestros alumnos, mediante verdaderos especialistas. Hoy muchos alumnos pasan a secundaria sin haber aprendido siquiera a dividir. Y un club, como los actuales, no lo va a mejorar.
Según declaró el doctor Luis Ortiz, especialista en Educación, «se gastan horas valiosas en tramitología y planes vacíos, en lugar de ocupar ese tiempo dentro del aula». De manera que sería bueno que las autoridades actuales consideren qué tan pertinente será continuar con el modelo fallido de Nuño Mayer o regresar a una evaluación bimestral y apoyar el regreso de los talleres y actividades tecnológicas.
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