Lo que sería un rato placentero resultó ser el peor momento para un sujeto que, necesitado de caricias, salió en busca de una acompañante a cambio de dinero. Y es que, después de buscar en internet un servicio sexual a bajo costo, el joven de 28 años acudió a una casa de citas de Tlalpan, Ciudad de México, y se llevó la sorpresa de su vida. En una especie de pasarela, él creyó haber elegido a la más guapa.
Sus primeras pláticas con Paola fueron sobre el costo de los servicios que había solicitado por un rato de pasión; estaba dispuesto a gastar sus últimos 500 pesos en un momento que lo hiciera sentir importante, querido y necesitado por alguien que le brindaba compañía solo por dinero en efectivo.
Entraron a la habitación de un hotel, donde las caricias y los besos de lengua comenzaban a subir de tono. Al arrancarle la ropa, vio un bulto en la entrepierna de Paola que parecía anormal, por lo que quitó también la ropa interior y se topó con que ella tenía pene. El sujeto, asustado, forcejeó para salir del lugar y denunciar a la policía -una patrulla estaba cerca- que había sido engañado y víctima de abuso sexual, cuando los hechos realmente no fueron así, lo único que logró exhibir fueron sus desesperadas acciones por calentura.
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