Pero como no tiene elementos pide ayuda al Congreso, a alcaldes, a empresarios, a Solecito (Los 400 pueblos de este sexenio) y a todos enmierda. Bueno, ya le pidió en su carta a Santa Claus que le diera la renuncia de Winckler como regalo de navidad, pero el gordo de rojo le dijo al otro que él no cumple caprichos “ñoños”. Ante esa circunstancia Patrocinio Cisneros ya le está escribiendo su carta a los Reyes Magos para que le den la renuncia de Winckler de regalo y si no son los reyes, ya se lo pedirá a la Candelaria y si no es la Candelaria lo pedirá de Día del Amor y si no ya lo pedirá para el Día del Niño.
Pobre secretario de Gobierno, pobre Veracruz, Patrocinio Cisneros Burgos debería pedir ese regalo a la legalidad, a las leyes, a la Constitución. Pero como el señor es un fanático, no se rige por la ley, se rige por la Divina Providencia.