Como ya le hemos venido informando, los recortes presupuestales para el próximo están causando mucho ruido, y desde hace algunos días las universidades públicas se unieron para manifestar su abierto rechazo al proyecto de López Obrador. Una de las voces más fuertes fue la de la universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que desde el primer momento exigió al nuevo gobierno la rectificación de su decisión, y que destinara mayores recursos al rubro de la educación pública superior. Y por supuesto, las redes sociales fueron también un contrapeso muy importante.
Desde las plataformas digitales, millones de estudiantes, maestros, directores y la población en general, se sumaron al rechazo del recorte, y tanta fue la presión, que el equipo del presidente debió recular en lo que ya estaba más que dispuesto. Tuvieron dos opciones, seguir adelante con su proyecto y ganarse el repudio de las universidades públicas, o recapacitar y darles el dinero que les corresponde para mantener el respaldo de las mismas. No hay que ser inteligentes para saber que lo que más conviene es la segunda opción y por eso, López Obrador ha tenido que recular y salir a decir que todo se trató de un “error”.