El proceso continúa para determinar si las imágenes son reales o no; se presume que uno de los arrestados es un guía de camellos que trabaja en la zona arqueológica y habría recibido 4 mil libras egipcias (unos 222 dólares). La otra persona es una mujer que había contactado a los turistas vía internet y facilitado su encomienda; las autoridades buscan fincarles responsabilidades, pese a que ellos no son los protagonistas del video. En todo caso, quienes deberían enfrentar la justicia serían Josephine Sarahh y el fotógrafo danés Andreas Hvid.
Y es que para el ministro de Antigüedades de Egipto, Khaled al-Anani la difusión de las imágenes que presuntamente fueron tomadas en la cima de una pirámide que data desde hace 4 mil 500 años fue considerada una violación a la moral pública, pues podría tratarse de imágenes meramente pornográficas. Las autoridades egipcias actuaron similar a las mexicanas, mismas que, al no atrapar a los responsables han buscado un chivo expiatorio para pararse el cuello y presumir que cumplieron con su trabajo.