Es una verdadera mentada de madre, o si quiere suavizar las palabras, llámele recordatorio maternal. La liberación de Bermúdez Zurita no sólo es una verdadera afrenta contra los colectivos en busca de desaparecidos, es una afrenta contra la sociedad veracruzana. Resulta inaudita y poco creíble la versión de los expedientes mal elaborados.
Dicen que cuando el río suena es que algo lleva, y desde ante antes de las elecciones para la gubernatura, se afirmaba que había un financiamiento del exgobernador a la campaña del candidato morenista. Sea mentira o verdad, resulta muy sospechoso que apenas a cinco días del gobierno de García Jiménez sean liberados personajes que tiene el olor pútrido de la corrupción y el crimen.
Si la sociedad veracruzana se siente agraviada, puede imaginar cómo se sienten las madres de los desaparecidos que en los primeros minutos del primero de diciembre, en Palacio de Gobierno les habían prometido justicia, tenga la seguridad que se sienten utilizados. La sonrisa burlona y cínica de Bermúdez Zurita será difícil de borrar de los colectivos que buscan a sus desaparecidos.
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