Después comenzaron a salir otros gastos como la compra de unas cortinas a control remoto por 17 mil dólares y sábanas que costaban más de tres mil 500 dólares, de acuerdo con información publicada por la Secretaría de la Contraloría. Pero la que se voló la barda fue Angélica Rivera, la aún consorte del hoy ciudadano Enrique Peña Nieto, quien usaba vestuarios de diseñador valuados en más de seis mil dólares.
Desde luego que cada quien puede hacer de su dinero lo que le venga en gana, sin embargo, esos gastos eran pagados con dinero de los mexicanos. Por esas razones, los mexicanos se alegran que se hayan abierto las puertas de Los Pinos y se conozca el lujo desvergonzado, para que jamás se vuelva a repetir tanto derroche.