El cementerio de elefantes, de acuerdo con la mitología africana y el mito popular, era un mítico lugar ubicado en África donde se creía que iban a pasar sus últimos días los elefantes moribundos. El lugar se buscó durante el siglo XIX por el supuesto marfil que se encontraría en aquel fantástico lugar. Nunca se halló, pero si usted se da una vuelta por la Colonia Roma y busca la calle Xalapa número 88 de la Ciudad de México, tal vez se tope con un cementerio de paquidermos políticos. Ahí encontrará las oficinas del Comité Ejecutivo de la Ciudad de México del PRD.
En estas oficinas sólo encontrará desolación y un espíritu de derrota que flota en el ambiente. Sólo el recuerdo queda cuando Cuauhtémoc Cárdenas, Ifigenia Martínez y Porfirio Muñoz Ledo le dieron lustre y poderío al Partido del Sol Azteca. El perredismo paga muy caro las malas decisiones de sus últimos líderes y el sometimiento y abyección de los conocidos chuchos con el Gobierno Federal.
Y es que la participación del PRD en lo que se denominó Pacto por México, fue la cereza del pastel de un partido que era considera de izquierda. La traición a su ideología, a sus bases y al proyecto de Andrés Manuel López Obrador los coloca en un verdadero cementerio de elefantes. Ni hablar, las bases izquierdistas les dieron a espalda.
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