Si la coordinadora Nacional de la Memoria Histórica y Cultural de México no hubiera sido Beatriz Gutiérrez Müeller, seguramente el evento en que se dio a conocer esta dependencia de la Secretaría de Cultura no hubiera tenido los invitados que tuvo. Al evento asistió Carlos Slim, Elena Poniatowska, Juan Ramón de la Fuente y todo el futuro gabinete de López Obrador. Vaya, hasta el gobernador electo de Veracruz dejó sus clases de salsa para darse una asomada por ahí, aunque no entendiera nada; y no lo podríamos culpar.
Consideramos que es importante mantener viva la memoria del país, hacer del Archivo General de la Nación un ente vivo y dinámico y no una bodega donde se guardan documentos que han tenido un significado importante para la historia de México. Pero tampoco se puede esperar que éste sea el proyecto que logre salvar la memoria del país.
Es la educación y el fomento a las actividades culturales lo que despertará el interés por la historia y por la cultura de nuestro país. Pero si de entrada ya no existe la materia de Actividades Artísticas, se han suprimido los libros de lectura, o han sido contaminado los libros de Historia con las versiones de la oficialidad, entonces los jóvenes desde su origen repudiarán todo lo que provenga de la cultura y de la historia. ¿Para qué una Coordinación de la Memoria en un país de desmemoriados?
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