Las bases morenistas y los fundadores del partido ya sienten la fría lejanía del que será el próximo gobernador. Su carácter ha cambiado, su agenda está repleta de invitaciones a comer de los potentados del estado de Veracruz. Su teléfono no para de sonar, algunas llamadas de plano ya no las contesta. Después del primero de julio nació otro Cuitláhuac García, el anterior, el de los chistes, el del saludo franco, el que acompañó a los maestros en su lucha contra la Reforma Educativa, ya no existe. «Nada es más lento que el verdadero nacimiento de un hombre», escribió Marguerite Yourcenar en sus Memorias de Adriano, y en verdad, murió el candidato de Morena y nació el gobernante de Veracruz.
En el mismo tono, la escritora francesa Yourcenar dijo algo que debería de entender el próximo gobernante: «Lo esencial es que el hombre llegado al poder haya probado luego que merecía ejercerlo». Ahora es cuando Cuitláhuac García, tendrá que demostrar que sabe gobernar con sabiduría y no con ocurrencias. En la antigüedad, los gobernantes se rodeaban de los hombres más sabios y humanos que había.
Adriano, el gobernante sabio, figura central de la obra de Yourcenar, dijo: «No desprecio a los hombres. Si así fuera no tendría ningún derecho, ninguna razón para tratar de gobernarlos». Ojalá y el próximo gobernador recapacite y se deje ayudar, hay muchos hombres y mujeres valiosas en las filas de Morena que sólo están esperando una oportunidad para demostrar su amor por Veracruz. Esa estirpe no debe ser despreciada, ni remplazada por oportunistas que no quieren ser separados de la ubre del gobierno.
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