En todos los vecindarios, nunca falta el bravucón que, sintiéndose el que todo lo puede, intimida y agrede a los más pequeños, a los más débiles; en nuestro vecindario llamado Continente Americano ese vecino bravucón es Donald Trump, quien ha asegurado que empleará todos los recursos que estén a su alcance para acabar con la crisis que representan para su país las caravanas de migrantes.
Primero dijo que, si los migrantes centroamericanos lanzaban piedras al ejército de Estados Unidos, como lo hicieran en días pasados en la frontera sur de México donde, con piedras, agredieron a las fuerzas del orden nacionales, podrían tomarlo como agresión y que incluso estarían en la posición de dispararles.
“Si ellos lanzan piedras como lo hicieron con los militares y la policía de México, yo digo que lo consideren como si fuera un rifle”, fueron las palabras que utilizó Trump. ¿Cambiar piedras por balas?, so solo se le puede ocurrir a un loco, a un desequilibrado, a un brabucón. Esta tarde, el mandatario estadounidense ha tenido que salir a retractarse y ha dicho que “no tendrán que disparar. Lo que no queremos es que esta gente tire piedras; si nos hacen eso van a ser arrestados por un largo tiempo”.
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