Y es que fue muy notoria la estrategia; por un lado estaban todos los apoyadores de la mal llamada Reforma Educativa. Comunicadores como Carlos Loret de Mola, Ricardo Alemán, Carlos Marín, y Alejandro Villalvazo se daban gusto dilapidando la reputación de los maestros. Los empresarios no se quedaban atrás, la familia Ramírez, dueños de Cinepolis, los tiburones del Consejo Coordinador Empresarial y la fundación Mexicanos Primero aseguraban que los maestros eran los principales culpables de la baja calidad educativa.
Hoy todos ellos fueron derrotados por los maestros que se replegaron al proyecto, del único que les había prometido cancelar la mal llamada Reforma Educativa. Los primeros pasos para que esto suceda ya se dieron en la Cámara de Diputados y Senadores, sólo falta que llegue el primero de diciembre para que inicie formalmente el proceso protocolario para que esta pesadilla llamada Reforma Educativa sea echada al bote de la basura. Ahora, con el pasar del tiempo, la lección que queda es que esta historia de ignominia contra el magisterio jamás se vuelva a repetir. ¡Nunca más una Reforma Educativa sin la participación de los maestros!