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Herido de muerte el INEE y su evaluación docente; ¡se resisten a irse!

Consejeros del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) FOTO: WEB

Por ahí ha surgido un grupo de supuestos mil 600 académicos que piden, casi imploran, que no desparezca el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. Destacan las bondades y eficiencia de dicho instituto al grado de que, si desaparece, no habrá quien haga ese eficiente trabajo. Lo cierto es que este instituto, como el camello del cuento, primero metió la cabeza a la carpa, luego la joroba y finalmente todo el cuerpo al grado de sentirse dueño absoluto de la misma.

Las declaraciones categóricas y contundentes de su pronta desaparición son dignas de celebrarse. La figura de AMLO crece entre el magisterio. Y es que los señores consejeros, al sentirse autónomos y con recursos propios, se despacharon con la cuchara grande, cometieron la pifia de ponerse sueldos más altos que el propio presidente de la República, pensaron que no tenían que entregarle cuentas a nadie. No por algo el tabasqueño señaló que el INEE era una agencia de colocaciones para los cuates y los compadres.

Sería bueno que les digan a los consejeros del INEE que mejor le bajen, ya tuvieron suficiente jauja desde el 2002, año en que nace dicho instituto. Es cierto que la información que recopiló el INEE durante su existencia es valiosa, pero para eso cobraban onerosas quincenas. Nada es gratuito en esta vida y a los consejeros y directivos del INEE no se les debe ni un centavo.

Además, la displicencia y maltrato al magisterio es una afrenta que los maestros jamás se la perdonaron. Así que no vengan con el cuento que, si desaparece e INEE, habrá crisis educativa. No quieran espantar con el petate del muerto.