Así o más clarito, la Evaluación Docente en estos momentos es un llamado a misa, ésta le hará a los maestros lo que el viento a Juárez. El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), de ser un organismo vertebral en la administración de Enrique Peña Nieto, pasará a ser un verdadero cementerio de elefantes viejos y cansados.
La ley de Servicio Profesional Docente se ha quedado sin dientes, tiene enfrente la voz absoluta del próximo mandamás. Un presidente arropado por un poco más de 30 millones de votos, cuenta con la mayoría en la Cámara de Diputados y en la de Senadores. Y para rematar, cuenta con mayorías en los congresos estatales.
Su oposición política partidista está en la lona, están relegados y supeditados a lo que mande el poderoso Tlatoani, les guste o no. Así que, en esta ocasión, los maestros tienen al presidente de su lado. Por eso, la Evaluación Docente tiene sus días contados.