Eso lo entendió muy bien Karla, y no se aferró a que cambiaran el reglamento (si más adelante quieren hacerlo, sería otra cosa), antes bien se atiene a esas reglas y ya considerará si acepta alguno de los ofrecimientos que le hiciera el comité, como encabezar un carro alegórico o alguna otra actividad donde ella se pueda sentir a gusto.
El popular Pollo se debió sentir aliviado de no tener que ser él quien dirimiera una discusión sobre la transexualidad y el ser mujer. Lo bueno que estaba el reglamento, sino la decisión, cualquiera que esta fuese, hubiera generado mucha polémica.