Los jubilados del SNTE son discriminados por sus propios líderes sindicales, son los olvidados; los maestros que ya no producen, su tiempo ya pasó, lo único que les depara es el olvido. Ya cumplieron su ciclo y deben dejar su lugar a sangre joven, al menos con su indiferencia, muchos seccionales dejan de lado las peticiones de los jubilados.
Tal vez para aplacar un poco su conciencia, hace unos días Juan Díaz de la Torre, en la inauguración de la ampliación de la Villa del Jubilado de la Sección 51, centro de recreación y aprendizaje destinado principalmente a los trabajadores en retiro, habló de la importancia de la unidad para enfrentar retos actuales y futuros.
El líder sentista advirtió que, aquellos que atentan contra la unidad del sindicato, no sólo traicionan la causa de los maestros, sino también la causa de la educación pública. Cómo ve usted al señor, el burro hablando de orejas; habla de traición, cuando el no movió ni un solo dedo cuando detuvieron a la maestra Gordillo, la persona a la que le debe su carrera. Vaya caradura de sujeto, no por algo las manecillas del reloj que marca su salida no se detienen.
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